Es indiscutible el rol del Rey Juan Carlos I en la transición a la democracia Española, tras la muerte del general Francisco Franco en 1975, ese es un legado indubitable, su determinación cambio el rumbo de una nación y le hizo ganar su respeto y admiración. A lo largo de décadas contó con el favor de la clase política y de gran parte de la población, debido en parte por su carácter afable y cercano.
El rey emérito abandono a motu propio su nación, aparentemente para no enturbiar el reinado de su sucesor, debido a diversos escándalos e investigaciones de sus finanzas.
Mi papel como artista no es juzgar al rey emérito, por el contrario, mi trabajo es simplemente dejar un registro visual de lo que he percibido de los hechos noticiosos. Él es un icono, bien sea percibido como malo o bueno, y forma parte de la historia. Su legado, su vida y todas sus acciones van acompañar no solo a su pueblo, sino también a todos los que vieron la transformación de España.
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