domingo, 27 de abril de 2014

Alicia en el país de las Pesadillas



...Todo el mundo quiere subirse al barco de Van Gogh..., escribió Rene Ricard 1981, en su famoso ensayo sobre Basquiat "The radiant child". Y quien no puede recordar las líneas del genio no entendido, la obra que no entra en ese ismo y que el tiempo suele romper como una nuez. 

Encontrar una solución para salir del laberinto es jugar a ser Teseo y que Ariadna nos regale hilo para poder llegar sanos y salvos. Sin embargo, en la culminación del suspiro no hay una solución, la gente muere, la sociedad muere y la esperanza de la pata de conejo, esta llena de sangre, sí, la de nuestra.

Alicia en el país de las pesadillas, es una obra de Honys Torres, donde la protagonista es asesinada por manos del Conejo Fucsia con una pistola. El hecho violento de por sí, no deja cabo de miedo y conjura toda la franqueza y la arbolada que el mundo llega a olvidar. La sangre de Alicia recorre toda la obra, mancha su vestido y desde el lado izquierdo superior La Reina de corazones nos abre los brazos para cortarnos la cabeza, las calaveras en bolsas de plástico a lo José Guadalupe Posada que nos trae el Tío Sam y toda la violencia de otro conejo envuelta en gemelos y por supuesto, el candado en la puerta para pedirnos dinero.

Los colores son una mentira y vivir allí, es encontrar el absurdo que Kafka plantea, la sugerencia de bienestar vagan como los trenes luego que su descanso es anunciado. En la obra de Torres, los colores son la esencia misma de la verdad convertida en la mueca que la muerte suele dar al abrazarnos en ese suspiro final que se parece a un orgasmo. Los espasmos de los colores, La petite mort como solución de lo innegable y por supuesto, la verificación que la Aldea Global de Marshall Mcluhan, existe. Un incidente puede representar a todos los incidentes, un hombre a todos los hombres, un muerto a todos los muertos, parafraseando a Schopenhauer claro está. 

Neo pop es el ismo que acompaña a la obra antes mencionada de Honys. Uno puede insinuar nombres en ese movimiento artístico, sin embargo, personajes como Romero Britto, no dicen tanto como Alicia en el país de las pesadillas. 

En una Carta a su Hermano Theo, Van Gogh hace referencia a lo siguiente:

Bruselas, 1.° de noviembre 1980- 72, boulevard du Midi.


He dibujado estos últimos días una cosa que me ha costado mucho trabajo, pero estoy contento de haberla hecho; he dibujado especialmente un esqueleto a la pluma y de una dimensión grande, en 5 hojas de papel Ingres.

1 hoja: la cabeza, esqueleto y músculos.

1 hoja: tronco, esqueleto.

1 hoja: palma de la mano, esqueleto y músculos.


1 hoja: dorso de la mano, esqueleto y músculos.


1 hoja: pelvis y piernas, esqueleto.

La carta sigue con la descripción del dibujo. Y con el esfuerzo que hará Van Gogh para estudiar anatomía ese invierno en Bruselas. Para Torres la descripción de la muerte con líneas claras, con colores saturados, con juguetes, con un conejo, una pistola, Alicia Muerta, ojos desde los árboles y los soldados que el Tio Sam nos manda para que José Guadalupe Posada nos lo devuelva en bolsas de plásticos, es la asunción característica que tenemos al ignorar que el lobulo de Van Gogh nunca lo vimos, la sangre en todo el piso que Paul Gauguin relata, es la misma que Honys nos presenta en su obra.

Ignorar el hecho antes planteado, es ignorar que tal vez, nosotros, somos la oreja de Van Gogh.

Carlos Acuña

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