viernes, 11 de abril de 2014

Pie de Güevones

Receta Original de: Honys Torres


Ingredientes:


51% de guevones frescos, inocentes, esperanzados, sumisos, nobles, crédulos, preferiblemente guevones tiernos, no usar guevones viejos pues ellos pueden cambiar el sabor a la receta en cualquier momento.

Para Cubrir los guevones se necesita:

1. Caramelo Rojo Rojito

2. Caramelo Azul

3. Caramelo verde

4. Caramelo amarillo y negro

5. Caramelo Naranja

6. Caramelo NINI

¿Dónde conseguir los caramelos?



1. Caramelo Rojo Rojito: puede conseguirlo con cualquier vecino o familiar, tal vez algún amigo de la infancia, bachillerato o universidad, en Facebook o twitter. Donde sí es seguro conseguirlo es en cualquier ente ineficiente u oficina pública, pero tenga cuidado pues algunos de esos caramelos son falsos, se disfrazan solo por conveniencia o simple necesidad, los peores son los llamados rojitos enchufados, pues esos arruinan completamente el sabor ¡OJO PELAO! 



2. Caramelo Azul: También llamados caramelo unitario, no entiendo por qué lo llaman así, pues ellos siempre están graniaditos, es decir en bolitas pequeñas, constantemente se inflan y se desinflan, son todo un fenómeno de la física, son un poco escurridizos de conseguir, están y no están, pues solo salen cuando andan en lotes, pues si son muy evidentes pueden tener problemas para subsistir frente a los caramelitos rojos, están un poco cansados el mal sabor a que han sido sometidos. Me enteré que ahora es un producto de exportación, así que si los encuentra úselos rápido antes de que no pueda encontrarlos mas. Es importante antes de untarlo a su güevón colocarle un poco de jarabe de esperanza, eso ayudará a adherir mejor las bolitas de caramelo azul. Otro dato importante donde conseguirlos es en Twitter,  el problema es como les dije antes que se la pasan encubierto.



3. Caramelo Verde: Ese caramelo está tratando de salir otra vez al mercado, así que es muy difícil conseguirlo, me dijo una tía que por gochilandia aún subsisten, son muy sabrosos por fuera aunque algo amargos por dentro; debe ser porque la receta le falto ese toque de pueblo, pero por lo general son de agradable sabor. Por un momento,  pensé en recomendarles usar también el caramelo blanco,  pero esos sí que se extinguieron.



4. Caramelo Amarillo y negro: Lo puedes conseguir solo en tiendas de exquisiteces, aunque ocasionalmente se cuelan de contrabando en algún mercado popular. También llamados caramelos de Justicia, no sé porque, me da la impresión que no le han hecho justicia. Su sabor aunque exótico le gusta mucho a los carajitos. 



5. Caramelo Naranja: Si Usted lo encuentra cante ¡Bingo!, pues éstos se mezclaron con el caramelo rojo y se perdió su receta original. Pero si por buena suerte encuentra uno,  no deje de usarlo en esta receta,  pues ese fue uno de los sabores originales para este pie.


6. Caramelo NINI: Aunque Usted crea que no hay muchos de éstos caramelos, siempre lo encuentras en cualquier parte, son poquitos pero seguros. No tienen mucho sabor, pero al final ofrecen ese toque sorpresa al postre.


Para la Tartaleta base:


Consiga galletas “Ricas Land” las encuentra específicamente en las siguientes coordenadas: 8°00′N 66°00′O.   Desvorone por completo las galletas, eso lo puede hacer con indiferencia, corrupción, mentiras, olvido, populismo, si es necesario use un martillo de acero, luego que tenga las galletas hecha polvo,  añada jarabe verde y jarabe blanco, esos jarabes ya están casi extintos pero aún queda algo de la receta original, solo que ahora esta camuflajeada con otro color. 



Cuando termine de mezclar bien las galletas hechas polvo con los jarabes verde y blanco, coloque la mezcla en un molde previamente engrasado con mantequilla resentida,  esto va ha impedir que la mezcla se quede adherida al molde y en consecuencia va ser más fácil de separar la del molde después de la cocción. 



Coloque el molde con la mezcla en el horno por 40 años a fuego medio. Vigile que la temperatura sea constante, pues me contó una amiga que vio como una receta explotó de repente por variación en la temperatura.



Para el Suspiro: 


Consiga claras de güevones resentidos al 60%, coloque a toda velocidad su batidora de resentimientos e incorpore lentamente jarabe ideológico, éste jarabe es importado de Cuba, lo puede pedir por mercado libre completamente gratis, aunque las consecuencias de su uso son muy costosas. 



Observe como crece el suspiro y se pone espumoso, para que el suspiro esté en su punto deje transcurrir trece años. Añádale ralladura de decepción, pero no demasiado porque puede bajar el volumen.

Si Usted observa que el suspiro está bajando de volumen,  añádale rápidamente azúcar de amor, amor y más amor,  eso levanta el suspiro rápidamente.

Si alguien observa algún defecto en el suspiro, siempre puede echarle la culpa al imperio, la guerra económica, conspiración, sabotaje o crear alguna forma de magnicidio,  eso siempre ayuda a ocultar las razones reales por las cuales el suspiro no está en su punto.

El Ensamblaje:

Con todo lo anteriormente preparado ha llegado el momento de armar su fabuloso pie.

Sobre la tartaleta ya horneada coloque el suspiro ideológico, espárzalo bien por toda la tartaleta, que no quede un solo espacio por cubrir, luego inserte sus Güevones previamente caramelizados indistintamente en el suspiro.

Para la decoración puede usar algunos muñequitos verdes. ¡Mosca! con lo de cívico-verde, no vaya ser que los muñequitos verdes se coman los güevones y se transforme  en  pie de muñequitos verdes. 

Finalmente.  presente su pie en una mesa bien decorada con legitimidad, observadores internacionales y mucho diálogo de Paz; eso hará de su pie,  el postre más exquisito del planeta. Tanto así que otras regiones querrán copiar la receta.

Por último les recomiendo que antes de devorarse todo el pie,  usar un protector gástrico para aquellos que la sangre les cae mal, pues cuando el pie se descompone en el estómago,   aparecen esos ingredientes sorpresas de la fusión de todos los sabores que pueden producir malestar. Tranquilos que no pasa nada, es sólo un efecto momentáneo, nada de qué preocuparse solo son esos efectos colaterales de los cuales nos lamentamos cada vez que nos equivocamos.


¡Buen Provecho!

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