Les agradezco a todos los que participaron en este proyecto, personas maravillosas, amables, alegres, colaboradoras, curiosas, sensibles al arte, quienes me permitieron fotografiarlos sin cuestionamientos, quienes confiaron en mi sin preguntarme ¿Quién era yo?, a los que no le dieron una connotación política a la obra, los que no juzgaron el uso de una iconografía religiosa ni una marca.
También agradezco a los que me vacilaron hablándome en otro idioma, haciéndose pasar por extranjeros, para que me esforzara en trasmitir mi proyecto. A los que inventaron un chiste al verme llegar, a los que me preguntaron si tenían que pagar por la foto y después se alegraron al saber que eran gratis, a los que me brindaron una bebida refrescante y me invitaron a comer. A los que me tomaron fotos por si algún día me hacia famosa.
A los más pequeños que se emocionaban al ver la obra y no podían contener su deseo de tocarla, a los que casi rompen la obra por andar bochincheando, a los que me escoltaron hasta mi vehículo para despedirse. A los que me abrazaron, besaron y hamaquearon como si fuera parte de su familia, a los que solo les importo ayudarme en mi proyecto.
A los que lloraron y me hicieron llorar contándome el milagro que esperaban en su vida, a los que apostaron que quizás serían descubiertos por un caza talentos por esta fotografía. A los que me desearon suerte, éxito y me echaron bendiciones
A Todos ellos mi agradecimiento, mi respeto y admiración, pues ellos son los verdaderos artistas de la vida, personas que son capaces de ayudar a un desconocido y regalarles lo mejor de sí. Personas genuinas, auténticas y de un gran corazón.
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